La invalidez que se recibe por esta enfermedad solo llega al 33%, cuando antes casi llegaba al 100%. El porcentaje actual es insuficiente ya que uno de los brazos está prácticamente inutilizado (no se pueden coger pesos ni hacer ningún esfuerzo con él).
A algunas afectadas les han echado del trabajo por esta enfermedad. Aunque no tengan que hacer esfuerzos con el brazo, se ven en la calle porque para la empresa no es conveniente tener gente enferma y que pidan días libres para hacer sus revisiones o acudir al hospital.
“Al día siguiente de saber que tenía esta enfermedad, ahí tenía mi carta de despido” nos contaba Yolanda. Su caso es algo más grave porque el cáncer de mama se le ha pasado a los huesos convirtiéndolo en metástasis. Por tanto, su invalidez es de un 67% aunque Osakidetza ha decidido hacerse cargo de sus gastos.